Miradas | Redacción ‘bez diario‘ Calle Gran Vía, 16 4ºI | hasta el 22.03.16
Marina Fertré, EXPORARTEMADRID
En 2012, Jorge Andrés Segovia Gabucio (Madrid, 1957) decidió dar el gran paso: apostar por la promoción de su obra para poder dedicarse enteramente al arte. Desde entonces, la trayectoria de este pintor autodidacta no ha parado de crecer. Sus lienzos se exponen en salas y galerías de ciudades como Barcelona, Gijón, A Coruña, Córdoba, Málaga y, por supuesto, la capital española.
Madrid acoge su inauguración más reciente, organizada por la galería FeedingArt el pasado 2 de febrero en la redacción del periódico digital bez (Gran Vía, 16 4ºI).
Miradas es el título de esta exposición compuesta por una selección de veintiún lienzos pintados al óleo, elaborados a lo largo de 2014 y 2015. Todos comparten la esencia del estilo de Segovia, que se caracteriza por la pincelada suelta y la recreación de un ambiente cotidiano. Su modo de pintar es fresco y espontáneo. El detalle, sólo donde procede. Únicamente para centrar la atención en determinada figura, gesto o matiz. Como decía el pintor impresionista Claude Monet: «no se pinta un paisaje, una marina.., se pinta la impresión de una hora al día».
Transmitir impresiones. Ésa es la intención de la obra de Segovia. La realidad no se representa de un modo fiel, sino que aparece distorsionada por el filtro de las emociones. Por eso, cuando se critica negativamente la inexactitud de las proporciones de algunos de sus cuadros, como El ciego y su Lazarillo (2015), el pintor aclara: «Son así. No dibujo la realidad, sino lo que ésta significa para mí«. Porque, Segovia también es capaz de afinar y ajustar las dimensiones. Así lo demuestran pinturas más realistas como La hora del recreo (2014).
El discurso de esta muestra de corte costumbrista, alude a dos temáticas. Por un lado, a la época gris del Madrid de la posguerra, con lienzos como Gran Vía (2014), homenaje a su infancia y sus a padres. Por otra parte, retrata a personas en estado de pobreza y exclusión social o que se ganan la vida en la vía pública, como la joven de Maternidad (2014) o el músico callejero de Escenario la calle (2014). A pesar de la trágica condición de los modelos que escoge, Segovia no se recrea ni en el dolor ni en el sufrimiento, sino que se centra en transmitir la dignidad y la belleza decadente de la escena.
Sin duda, los elementos fundamentales de las producciones de Segovia son la luz y el color. Sus cuadros, influenciados por los de maestros como Joaquín Sorolla, están bañados por una luz que trasmite la emoción del instante y que está en perfecta sintonía con la paleta de tonalidades. Por tanto, la iluminación no sólo aporta carácter a la atmósfera, sino que traduce visualmente el significado de cada obra haciendo patente el verdadero talento de Segovia como ‘pintor de sentimientos‘.